jueves, 9 de febrero de 2017

*"EL TIEMPO, NO SE DETIENE."*


La vida es una tarea que nos trajimos para hacer en casa.

Cuando uno mira, ya son las seis de la tarde.

Cuando uno mira, ya es viernes.

Cuando uno mira ya se termino el mes. 

Cuando uno mira ya se terminó el año.

Cuando uno mira ¡ya se pasaron 50 o 60 años!

Cuando uno mira ya no sabemos más por donde andan nuestros amigos.

Cuando uno mira... perdimos al amor de nuestra vida y ahora, es tarde ya para volver atrás.


Si me hubiese dado un día más, una oportunidad, ya no miraría más el reloj,seguiría siempre de frente e iría jugando por el camino, viendo pasar lo inútil de las horas, sostendría a todos mis amigos y compañeros que ya no sé por dónde andan, ni cómo están, y les diría:“Ustedes son extremadamente importantes para mí.”. Abrazaría fuertemente al amor mío, y le diría: “Te Amo". 


Hoy, por aquello de que ya algunos se nos adelantaron, te digo: No dejes de hacer algo que te gusta por falta de tiempo. no dejes de tener alguien a tu lado, porque tus hijos pronto no serán tuyos, y tendrás que hacer algo con ése tiempo que resta en donde lo único que vamos a extrañar será el espacio que sólo se puede disfrutar con los amigos de siempre. Ese tiempo que, lamentablemente, no vuelve jamás. 


Es preciso eliminar "El DESPUÉS". ¿Por qué dejamos todo para Después?


te llamo. *Después*
lo hago. *Después*
lo digo.  *Después*
yo cambio *Después*
Dejamos todo para *Después*,
como si el *Después*
fuese lo mejor.
Por qué no entendemos que...
*Después*
El café se enfría,
*Después*
La prioridad cambia, 

*Después*
El encanto se pierde, 

*Después*
temprano se convierte en tarde, 

*Después*
La añoranza pasa,
*Después*
Las cosas cambian,
*Después*
Los hijos crecen,
*Después*
La gente envejece,
*Después*
El día es noche,
*Después*
La vida se acaba.


No dejes nada para *Después*, porque en la espera del *Después*, tú puedes perder los mejores momentos,
Las mejores experiencias,
Los mejores amigos,
Los mayores amores,
y todas las bendiciones que *Dios* tiene para ti.
Acuérdate que el *Después* puede ser tarde.


jueves, 26 de enero de 2017



EL RETO MAS DIFÍCIL: ENTENDER Y AFRENTAR EL NUNCA MÁS.
(LA MAYOR DE LAS SOLEDADES)

Vivimos en un mundo de soledades aunque estemos rodeados de miles de personas, pero de todos los tipos de soledades existentes, existe una, la más pasmosa es aquella que nos deja el ser que murió, cuando se nos muere un ser querido la pregunta inmediata “¿Y ahora como vivo sin ti?”.

Lo angustiante de la muerte es ser obligados a entender ese “nunca más”, definitivo, inmodificable, terminante y desgarrador. Nunca más es nunca más verlo, tocarlo, olerlo, oírlo, escucharlo. Los puntos suspensivos que nos hayan quedado, ahí quedaran por más que tratemos de adivinarlos.


Cuando alguien se nos muere parece ridículo que el sol siga saliendo, que la vida siga pasando, que la gente ni se entere que a nosotros cada célula nos duele tanto. Nunca más es la desesperación total, negra, fría: la soledad en su real y total significado.


Algunos buscan su consuelo en la fe, otros en los recuerdos vividos, alguien visita una tumba para sentirse cerca, otros eligen lugares donde se encontraban o alguna canción que escuchaban. Del duelo no nos salvamos, la tristeza quizá se engaña solo por un rato si nos llenamos de ruido. Cuando un ser querido muere inexplicablemente algo nace, nace nuestro dolor, nace la memoria, los recuerdos y sin darnos cuenta empezamos a vivir de un pasado cercano y nos volvemos masoquistas, porque como nos gusta torturarnos con aquellos recuerdos o un si yo hubiera sabido que esto iba a pasar no lo hubiera soltado, no lo hubiera dejado ir, lo hubiera besado, abrazado, luego vienen los tal vez, si tal vez le hubiera dicho que lo quiero, si tal vez…definitivamente, nos encanta torturarnos, y algo más muere, muere nuestras esperanzas.


A todos aquellos que les gusta decir frases como “El Tiempo de Dios es Perfecto, ahora es un Ángel”, entre otras, les asigno una frase de mí no muy seguido y para nada admirado Ricardo Arjona “No es bueno el que te ayuda sino el que no te molesta”, ¿quieren ser odiados? Digan frases de ánimo cuando alguien está en medio del dolor ante la muerte de un ser querido.


La pregunta ¿Cómo supero el dolor de la pérdida de un ser querido? Es tan absurda como desesperada, etas son situaciones que se viven.


¿La mejor compañía cuando alguien se va? Tú, solo tú.


Hay que entender que la última etapa del duelo es el aprendizaje y el mio es el siguiente, hay que amar intensamente, siempre, el dolor se calmará cuando se calme, no porque te digan cálmate sucederá, tienes que asumirlo y llorar hasta que se sequen las lágrimas, dure lo que dure.


Si el cielo existe espero que mis seres queridos estén allí, si no, no importa, mi recuerdo existe y están allí. Cuando alguien fallece recuerda que a ti te queda un rol difícil, quedarte aquí y sabemos que la vida no será un buen lugar pero con tu vida rendirás homenaje a la que se apagó, vas a recordarlo siempre, de esa manera su vida seguirá encendida.


No superaras su muerte, sencillamente vivirás.


Ante su partida, tu dolor, ante su ausencia tu soledad, ante tu ida mi recuerdo, ante tu recuerdo, yo.


No se recupera al ser perdido, se guardan como propios algunos latidos, y seguimos viviendo con un agujero en el pecho abrigando la mínima, o enorme esperanza de que después del nunca más, exista, quizá otro lugar dónde retomar esto que hoy es un gran punto final.



jueves, 19 de enero de 2017




SI YA NO TE QUIEREN, APRENDE A PERDER Y RETIRATE DIGNAMENTE.

No creemos que algo así pueda ocurrirnos ¿Quién lo piensa? ¿Quién se imagina que, de pronto, la persona que amamos nos da la mala noticia de que ya no siente nada o muy poco por nosotros? Nadie está preparado y por eso la mente ignora los datos “a veces siento que está más distante, que ya no me mira como antes, deben de ser imaginaciones mías”. Pero un día cualquiera, tu pareja te dice que quiere hablar contigo y con una seriedad poco habitual y  una mirada desconocida, te lo suelta a quemarropa, “ya no quiero que estemos juntos, es mejor para los dos…”. En realidad tiene razón: es mejor para los dos, ya que ¿para qué estar con alguien que no te ama? ¿Para qué estar con alguien a quien no amas? Pero no sirve de consuelo, de nada te sirve la “lógica”, porque había metas, sueños, proyectos…La ruptura no es acto administrativo y duele hasta el alma, no importa cómo te la empaqueten. 

Una vez que te enteras, todo ocurre muy rápido y en el lapso de unos minutos pasas por una montaña rusa emocional. Después del impactó que genera la noticia, la angustia te hace preguntar estupideces “¿Estas totalmente seguro? ¿Lo has pensado bien?”. En realidad, ¿Qué más puede hacer uno sino preguntar o llorar? No obstante, el organismo insiste y una esperanza cogida por los pelos, tan lánguida como imposible, te hace especialmente ingenuo, en algún momento hechas a mano a la manipulación, otra vez el llanto. La crisis va en ascenso y te da la sensación de que vas a estallar, sobre todo porque te das cuenta de que no miente. ¿Habrá algo más insoportable que la seguridad de quien nos deja?.

Más tarde sobreviene el repaso histórico, en el que se busca hasta el más mínimo error o se inventa: lo que hemos hecho mal, lo que podríamos haber hecho y no hicimos, los defectos que deberíamos mejorar (si se nos brindara otra oportunidad)…en fin, todo lo personal es rigurosamente examinado.
Una fuerza desconocida te lleva a pensar que eres capaz de hacer un cambio extremo en tu persona y reconquistar el amor perdido (crees sinceramente que, donde hubo un romance tan maravilloso, alguna cosa debe quedar). Le cuentas la “buena nueva” a tu ex, le juras que tendrá a su lado una persona renovada y te haces un haranquiri emociona en su presencia, pero vuelves a encontrarte con el silencio aterrador de antes. Como último recurso te inventas un optimismo de segunda “quizá mañana cambie de parecer, quizá mañana despierte de letargo” y como al otro día no pasa nada, decides esperar un poco más, y así pasan las horas, los días. Al mes, has adelgazado cinco kilos y él o ella se mantiene firme en su decisión. Una vez más: ya no te quiere. Es una realidad y te niegas a aceptarla.

Y cuando todo parece acabado, te sacas un as de la manga. Desde tu más tierna infancia te han enseñado que nunca había que darse por vencido y que debemos luchar por lo que consideramos justo y valiosa, así que decides llevas acabo una reconquista. Pero, a cada intento, te humillas y el rechazo se confirma. Pensar que las cosas que hacemos por amor nunca son ridículas es invento de los que se profesan afecto: el amor te doblega, hace que te arrastres y, si te descuidas, acaba contigo. Con el paso de los días, a medida que el abandono se hace evidente, tu autoestima va para abajo. Uno no puede lidiar solo, quijotescamente, contra el desamor de la pareja e intentar salvar la relación. Se necesitan dos personas, dos ganas, dos necesidades, dos que quieran querer.
Lucha por un amor imposible, nuevo o viejo, deja muchas secuelas. Mejor sufrir la pérdida de una vez que someterse a una incertidumbre sostenida y cruel; mejor un realismo desconsolador que la fe que ignora razones, que nunca mueve montañas-
Propuestas para no morir de amor, cuando ya no te quieren. 

1  1- APRENDER A PERDER, AUNQUE DUELA

¿Tiene sentido perseguir a alguien que ya ha escapado de tu control? Se ha ido, ya no está. Ya no quiere estar ¿Para qué insistir? Hay cosas que te son imposibles. No importa el deseo y las ganas que le pongas. Aprender a perder es la capacidad que tiene una persona para discernir que depende de uno y que no, cuando insistir y cuándo dejarse llevar por los hechos. No tiene mucho sentido “convencer” a alguien de que te quiera (el amor no sigue ese camino), pero sí puedes despejar tu mente para que deje entrar a una persona que se sienta feliz de amarte. Es mejor que emplees cada gota de energía y sudor en sanar tu alma que invertirla en lamentarte por lo que podría haber sido y no fue. Los que se quieren a sí mismos emplean esta frase afirmativa y orgullosa, saludable a fin de cuentas: “Si alguien no me quiere, no sabe lo que se pierde”.

2    2- EN LOS AMORES IMPOSBILES: LA ESPERANZA ES LO PRIMERO QUE HAY QUE PERDER

No futuro. No realismo crudo: el aquí y el ahora desnudo y sin analgésicos. Te han enseñado que la esperanza es lo último que debes perder, y posiblemente sea cierto en algunas circunstancias limite, pero en el amor imposible o en el desamor declarado y demostrado, la desesperanza es un bálsamo. Si ya no te aman, no esperes nada, no anticipes positivamente: un pesimista inteligente es mejor que un optimista mal informado. 

3   3-RODEATE DE GENTE QUE TE AME.

Hay gente que se especializa en echar sal a las heridas del prójimo. Supongamos que tu “amiga del alma” te dice “Has perdido a una gran persona, era la mejor, entiendo cómo te sientes…” ¿Cómo que a una gran persona o el mejor? ¿Qué necesidad de hacer semejante comentario? Los que te quieren de verdad toman partido y te defienden, intentar sacarte a flote, no importa si tienes razón o no, se preocupan por ti, y punto. Aléjate de esa mujer que dota el papel de camarada y te recuerda a cada instante lo estúpida que has sido o que eres. Lo mismo con aquellos amigos que pretenden ser “objetivos” y tratan de equilibrar lo que no puede equilibrarse. Me refiero a las personas que, a modo de consejo, te dice 2es verdad que era una persona muy complicada, pero debes reconocer que tú no eres nada fácil”. 

Lo que necesitas es apoyo, soporte emocional, silencios compartidos, el golpecito en la espalda, la palabra de ánimo, el amor de los tuyos, de los que buscan menar tu dolor. Necesitas “queridos mentirosos” que te digan que eres genial, atractivo, buen partido o cualquier otra cosa que le venga bien  a tu aporreado yo. La crítica constructiva hay que dejarla para después de que pasa el aluvión. Hay que sacarte del agujero en que has caído, y en este proceso ayudaran mucho lo que te quieren de verdad. Y es ahí, en la base segura de la amistad, donde iras reconstruyendo tu capacidad de amar.

4   4-RECUERDA TANTO LO BUENO COMO LO MALO

Es un sesgo típico. A la mente le gusta la añoranza, se regodea en ella y se auto compadece cada vez que puede. No tiene mucho sentido exaltar y recordar los “años gloriosos” ni los “bellos momentos” ¡Equilibra! Sin necesidad de caer en el aborrecimiento visceral, haz un balance de la información: no olvides lo negativo, no santifiques a quien ya no te ama, no endulces lo desagradable, no disculpes lo que merece rechazo. ¿No tenías buen sexo? ¿Era egoísta? ¿Te fue infiel? ¿Era indiferente? ¿No tenías de que hablar? ¡No lo ocultes!” ¡Rescátalo de la memoria, reproduce los hechos! No digo que maldigas ni que te dejes atrapar por la venganza o el odio, lo que te propongo es tener presente lo malo de la relación. Separarse de un ángel es mucho más difícil que hacerlo de un ser humano. 

                                                                                                            Deljoana Martinez. 
                                                                                                             19-01-2017